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22
Ago
El Pepo mató al conducir con exceso de velocidad, alcohol y drogas
El Pepo mató al conducir con exceso de velocidad, alcohol y drogas La conducción con exceso de velocidad, bajo influencia del alcohol y otras drogas motivaron la tragedia protagonizada por Rubén Darío Castiñeiras, El Pepo, que le costó la vida a dos de las personas que viajaban con él. Las pericias oficiales revelaron que el conductor circulaba 139 km/h, cuando sucedió el despiste y vuelco. Lo hacía en una ruta donde la máxima permitida es 110 KM/h y siendo las 2 de la madrugada, lo que ameritaba circular a menos. También mostraron que su capacidad de conducir estaba alterada por la ingestión de marihuana, cocaína y alcohol. Tenía al menos, 0,491 g/l de alcohol en sangre, cuatro horas después de los hechos, o sea mucho más cuando estaba al volante. ¿Por qué el exceso de velocidad es una de las principales causas de muerte en las rutas y calles? A mayor velocidad, mayor es el tiempo y la distancia que se necesita para detener el vehículo y más graves las consecuencias ante cualquier problema, la mala maniobra de otro conductor o cualquier otro imprevisto. La velocidad máxima permitida por las señales o la reglamentación, no es siempre la más segura. La velocidad segura, que la ley denomina “velocidad precautoria”, es aquella que “le permite al conductor tener siempre el dominio total de su vehículo”. En determinadas circunstancias es necesario disminuir la velocidad ya que: · A medida que aumenta la velocidad, aumenta el riesgo de muerte ya que, hay menos tiempo para actuar frente a un imprevisto y se necesita más distancia para frenar. · Cada 15 Km/h que aumenta la velocidad, a partir de los 80 Km/h se duplica el riesgo de morir en un siniestro. · A medida que aumenta la velocidad, en caso de choque o vuelco, se cuadruplica la fuerza destructiva del impacto lo que empeora las lesiones de las personas involucradas en el hecho. Sin duda, el estado psico-físico de El Pepo, muy alterado por la influencia de las drogas ilegales y el alcohol afectaron su capacidad y decisiones al conducir y lo predispusieron, además de sus características de personalidad, al riesgo de conducir a alta velocidad y a perder el control del vehículo que le costó la vida a dos personas. Una vez más, el exceso de velocidad, el alcohol y las drogas ilegales al volante volvieron a matar.
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26
Ago
Nuevo estudio: Ciclistas en alto riesgo
Nuevo estudio: Ciclistas en alto riesgo Luchemos por la Vida observó el comportamiento de los ciclistas en el tránsito de la ciudad de Buenos Aires y comprobó cuánto se arriesgan. La mayoría de ellos no usa el casco, no se detienen ante el semáforo rojo, ignoran la prioridad peatonal, circulan sin luces, y muchos circulan de contramano y usan celular mientras conducen entre otras conductas riesgosas. El exceso de confianza de los ciclistas, al moverse en dos ruedas desde pequeños, posiblemente se ve incrementado frente a la disponibilidad de más kilómetros de ciclovías, una mejora imprescindible más allá de sus falencias, y el incentivo oficial a este medio de locomoción. Urge controlar y sancionar los comportamientos de riesgo de los ciclistas y brindarles educación para su propio cuidado y seguridad y la de los demás usuarios que conviven en el espacio compartido de la vía pública. CICLISTAS EN LA VÍA PÚBLICA Investigación realizada en la ciudad de Buenos Aires, en los meses de junio/julio de 2019 sobre un total de 1.766 bicicletas observadas (días hábiles, 9-18 hs): * NO USAN CASCO PROTECTOR 73 % * CIRCULACIÓN EN CONTRAMANO 18 % * NO SE DETIENEN ANTE EL SEMÁFORO ROJO 87 % ** * CARECEN DE LUCES 74 % * NO TIENEN REFLECTANTES 47 % * NO RESPETAN LA PRIORIDAD PEATONAL 98 % USAN CELULAR Y/O AURICULARES 14 % NO SEÑALIZAN CON SUS BRAZOS LAS MANIOBRAS 99 % OBSERVACIONES ESPECIALES: en todos los usuarios de “Ecobici” el uso de casco fue 0, al igual que en los policías en bicicleta. * Conductas todas legalmente obligatorias cuya falta de cumplimiento, además, pone en grave peligro la vida o la integridad física de los ciclistas y/o de terceros. ** Solo fueron incluidos los casos en que el ciclista en los hechos podía cruzar en rojo, y no aquellos casos en que el flujo del tránsito le impedía hacerlo. ESTIMACIÓN DE MORTALIDAD EN ARGENTINA Total de muertos en el país (Luchemos por la Vida) en el año 2018: 7.274 Se estima que el 6% de los muertos eran ciclistas, es decir 437 Conclusiones Existen tres factores principales que contribuyen al riesgo de los ciclistas: Falta de educación vial. La población de ciclistas, al igual que el resto de la población, casi no ha recibido educación vial de ninguna clase, tampoco para conducir bicicletas. No comprenden que, en tanto circulan por la calzada con un vehículo deben, como conductores, conocer y respetar las reglas del tránsito. Y que son, después de los peatones, los más vulnerables en el tránsito, agravado por los conductores de los demás automotores que tampoco respetan los derechos de los ciclistas ni cuidan su fragilidad. Falta de controles. Si el tránsito en general se encuentra descuidado por parte de las autoridades de aplicación de la ley, los ciclistas parecen invisibles para ellas. Las bicicletas no son sujetos de control para los agentes de tránsito. Esta indiferencia refuerza en los ciclistas la creencia de que las normas de tránsito no son para ellos. Y no los ayuda a internalizar el respeto por las normas que atañen a su seguridad. Falta de infraestructura adecuada: las ciclovías y sendas para ciclistas en Buenos Aires necesitan ser extendidas, interconectadas y mejoradas en distintos aspectos, y son casi inexistentes en los alrededores. Existen escasez y fallas en la señalización vertical y horizontal. Además, muchas de las vías para ciclistas son estrechas, el asfalto está incompleto y desnivelado, y se encuentran obstruidas por vehículos estacionados, volquetes, etc.
COM_CONTENT_LANDING_REED_MORE >05
Sep
Dormir poco o mal: uno de los peligros más comunes al volante
Dormir poco o mal: uno de los peligros más comunes al volante La mayoría de la gente sabe que tomar y conducir puede ser fatal,-aunque no siempre se comporte de acuerdo a esto-, pero ignora que conducir con sueño puede ser tan fatal como conducir alcoholizado. Estudios internacionales estiman que puede ser causa de hasta el 30% de la siniestralidad vial. No se trata solo de dormirse completamente al volante. Basta con una leve cabeceada de unos pocos segundos para incrementar exponencialmente el riesgo de accidente. Por ejemplo, a 120 km/hora, una cabeceada de tres segundos hará que el coche recorra casi 100 metros sin conductor. La distancia aumenta a casi 200 metros si es un microsueño -o cualquier otro tipo de distracción- de seis segundos. Estar muy cansado y tener sueño al volante aumenta el tiempo de reacción ante cualquier percance, se reducen los reflejos y la concentración, se alteran las funciones sensoriales… En otras palabras: el sueño es un verdadero enemigo del conductor. ¿Por qué alguien puede dormirse al volante? Primera razón: nuestro reloj biológico. Cuando el ritmo biológico marca dormir, nuestro organismo se lentifica y prepara para el sueño, es decir, el sistema neurovegetativo se modifica en su funcionamiento y nos sentimos más relajados, nuestra atención decae, nuestra actividad refleja se lentifica, etc. Hay dos tiempos del día en los cuales, el reloj biológico de la mayoría de las personas marca como preferidos para sentir sueño y dormir. Uno es la conocida como “hora de la siesta” de las 2 a las 5 de la tarde. La otra es la “madrugada” de las 2 a las 6 de la mañana. Una importante cantidad de siniestros de tránsito se producen en estas horas del día, cuando conductores convencidos de estar despiertos pierden el control de su vehículo porque se quedan, aunque sea por unos instantes, dormidos o adormilados. Entonces, ¿qué hacer para evitar problemas al conducir? Es fundamental conducir bien descansado. Evitar conducir durante la madrugada dentro de lo posible, ya que hacerlo multiplica por tres las posibilidades de morir en el tránsito. Por la tarde, puede hacerse con el consejo de procurar dormir bien la noche anterior. Otra razón: deudas de sueño. Para la mayoría de las personas, dormir siete u ocho horas, garantizaría la capacidad de mantenerse despierto. Sin embargo, mucha gente vive con “deudas” de sueño. Le debe sueño a su cuerpo por diferentes razones. La mayoría duerme menos horas de las que serían necesarias para descansar bien, porque se acuesta tarde y se levanta temprano. Pero también hay personas que tienen desórdenes del sueño que les impiden aprovechar adecuadamente las horas que están en reposo. La apnea del sueño, por ejemplo, es un desorden bastante frecuente. Ocurre cuando la persona durmiente ve entorpecida su respiración, lo que se manifiesta en ruidos al respirar, los tan comunes ronquidos,y sufre micro-despertares que afectan su descanso, lo que se manifiesta en sensación de cansancio durante el día y adormilamiento en algunos momentos. Este problema es importante cuando se habla de conducción. Se estima que las personas que roncan tienen de tres a siete veces más posibilidades de quedarse dormidas estando al volante. La buena noticia es que este desorden del sueño es tratable. Además, las personas que sufren insomnio están en riesgo al conducir. También ciertos hábitos de vida pueden producir insomnio o un dormir con interrupciones: el excesivo consumo de alcohol, consumo de café antes de dormir, horarios irregulares para dormir, fumar en exceso, tomar siestas prolongadas por la tarde, hacer ejercicios antes de ir a dormir, por ejemplo. La falta de sueño tieneun síntoma evidente para el que lo padece, el cual se siente mal dormido al día siguiente. Pero tiene efectos que han sido estudiados y medidos en el rendimiento físico y mental, y de los cuales no siempre se es consciente. La persona se halla con menos energía, tiene dificultades para concentrarse, se acortan los períodos de atención, se encuentra inestable emocionalmente, disminuye el rendimiento en el trabajo y por supuesto decae la calidad de la conducción, aumentando el peligro al volante. Por eso, si estás cansado no conduzcas.
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09
Sep
Otro asesino al volante
Otro asesino al volante Otro asesino al volante: ¿exceso de velocidad, alcohol y drogas? BASTA Una vez más un asesino al volante, en este caso, Eugenio Veppo, destruyó vidas y familias en un siniestro extremadamente grave, no solo por la muerte y gravísimas lesiones causadas, sino porque además agravia y ataca a toda la sociedad, dado que las víctimas estaban trabajando para detectar precisamente a presuntos asesinos al volante, como Veppo resultó ser. De acuerdo al video difundido públicamente y sin perjuicio de lo que las pericias confirmen, su desprecio total por la vida se manifiesta de forma evidente en: Exceso notable de velocidad (100 km/h o más). Presunción de haberse encontrado altamente alcoholizado y/o bajo efectos de drogas ilegales, por su descontrol al volante y por haberse presentado 14 horas después a las autoridades, comportamiento típico de quien quiere que su cuerpo metabolice y elimine la presencia de alcohol y drogas. Parece sobrepasar a otro vehículo por la derecha. Abandona a las víctimas y huye. Homicidios como este se cometen diariamente a lo largo y ancho del país. Es hora que todos digamos: ¡BASTA! Resulta cada vez más urgente e imprescindible: Multiplicación de controles eficaces y sanciones efectivas en calles y rutas. Legislar los Delitos contra la Seguridad Vial (ver propuesta de LxV), en particular el de la conducción con exceso notable de velocidad o de alcohol, antes de que otros potenciales homicidas del tránsito, como éste, lleguen a matar. Después es tarde. Que los jueces apliquen las máximas penas que prevé nuestro Código Penal para casos como éste.
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