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22
Ene
¿Qué es un conductor seguro?
¿Qué es un conductor seguro? ¿Lo es el Príncipe Felipe? El esposo de la Reina Isabel salió ileso de un aparatoso siniestro de tránsito El príncipe Felipe de Edimburgo (97), sufrió un vuelco luego de que la camioneta Land Rover que conducía chocara con otro vehículo, la semana pasada. Afortunadamente el siniestro no dejó lesionados graves. Y dos días después, fue fotografiado conduciendo sin el cinturón de seguridad colocado. Voceros del Palacio de Buckingham dijeron que Felipe tiene una licencia de conducir vigente y que ha cumplido con todos los requisitos de la agencia que expide las licencias. Si bien en Gran Bretaña no existe un límite de edad para conducir, los mayores de 70 años tienen que renovar su licencia cada tres años y notificar a las autoridades si tienen problemas de salud como derrames cerebrales, epilepsia o glaucoma. * Pero Felipe, ¿es un conductor seguro? Parecería que no. Un conductor seguro no es aquel que simplemente sabe manejar, en tanto domina su vehículo y sabe maniobrar con él. Un conductor seguro es aquel que conduce su vehículo de tal modo que no sufre ni causa accidentes. Para ello, cuida su estado psicofísico para conducir, mantiene en buenas condiciones a su vehículo, y atiende constantemente lo que sucede a su alrededor en el tránsito para anticiparse a las situaciones que pueden ser peligrosas y actuar en consecuencia para evitar un accidente; respeta las normas, es responsable, tiene buen juicio, consideración y respeto hacia los demás. Un conductor seguro debe cumplir las siguientes reglas de la conducción segura: · Conocer y respetar las normas y señales de tránsito. Las normas y las señales de tránsito equivalen a las reglas de un juego. Así como no se puede jugar un partido de fútbol sin conocer y respetar las reglas, tampoco se puede conducir en el tránsito sin conocer y respetar sus reglas. Ellas ordenan el sistema y nos permiten interactuar con los demás usuarios de la vía en forma segura y llegar a destino, entendiéndonos con los demás “compañeros” de la vía pública sin tener incidentes ni sufrir accidentes. · Estar siempre atento y alerta acerca de lo que los demás usuarios de la vía pública hacen. Usualmente, cuando salimos a la calle pensamos en que tenemos que llegar a un lugar determinado en un tiempo determinado o aproximado. Rara vez tomamos conciencia de que para cumplir nuestro objetivo dependemos de lo que los otros hacen en el espacio que compartimos de la vía pública. Pero así es, para llegar a destino debemos estar atentos al comportamiento de los demás usuarios de la vía, tanto conductores como peatones, anticipar sus posibles maniobras correctas e incorrectas, para actuar en consecuencia. Mantener la atención en el entorno del sistema del tránsito, todo el tiempo, es indispensable. · Avisar con anticipación sus maniobras. De la misma manera en que nosotros nos beneficiamos cuando sabemos con anticipación lo que harán los conductores o personas que comparten la vía pública con nosotros, ellos se benefician y pueden actuar con seguridad cuando uno evita las maniobras bruscas y da a conocer las intenciones de maniobrar con anticipación. El uso de luces de giro para cambiar de carril y por supuesto, para doblar, o de luces intermitentes (balizas del vehículo) si se debe aminorar la velocidad bruscamente, así como de señales manuales, aumenta la seguridad de todos. · Conducir en forma coordinada con los demás conductores y peatones El apuro y la ansiedad al conducir, pretendiendo que los otros no existen, intentando sobrepasar de cualquier modo, sin esperar las mejores condiciones, acosando a los que van adelante o apurando a los que cruzan a pie, puede ahorrar algunos minutos, pero multiplica nuestra velocidad de acercamiento a un accidente que nos puede detener para siempre. Es esencial en la conducción segura, mantener la distancia de seguridad, disminuyendo la velocidad si es necesario y respetar las prioridades de paso o circulación. · Adecuar la conducción a las circunstancias del camino, del ambiente y del tránsito. La capacidad para darse cuenta de estas características (cambios climáticos, densidad de tránsito, horarios, lluvia, niebla, obstáculos en el camino, etc.) y adaptar la velocidad de circulación y las maniobras, para disminuir riesgos, es atributo del conductor seguro. · Reconocer las situaciones de riesgo, con la suficiente antelación para saber qué hacer para evitarlas, y actuar a tiempo para evitar el accidente. Es útil preguntarse mientras se conduce: ¿Qué puede pasar? ¿Cómo voy a reaccionar? Estas preguntas tendrán en cuenta las conductas de los otros usuarios de la vía, las condiciones del camino, las climáticas, el horario, el estado general al conducir, etc. Las ciudades y pueblos con sus calles y avenidas exigen del conductor seguro mucha atención, ya que podrá encontrarse con variedad de situaciones problemáticas planteadas por los otros usuarios de la vía pública: conductores de vehículos particulares, de transporte público o de carga, que pueden detenerse abruptamente, sobrepasar de manera imprudente, circular zigzagueando, o circular a paso de hombre por avenidas, etc.; motocicletas que aparezcan de pronto junto al vehículo o peor aún de contramano; bicicletas que se cruzan sin previo aviso; peatones -los más vulnerables en el sistema del tránsito, junto con los ciclistas- que se arriesgan cruzando inesperadamente por lugares no permitidos; vehículos de emergencia que a alta velocidad y con sus sirenas ululando, exigen que les abran paso. Y muchas otras situaciones que pueden poner en riesgo la vida. La única forma de evitar siniestros viales es conducir en estado de alerta permanente, aplicando las reglas del conductor seguro y atendiendo especialmente el respeto a las normas y señales del tránsito, para cuidar la vida propia y la de los demás. *Fuentes: diariosur.es, semana.com. Foto: notiboom.com
COM_CONTENT_LANDING_REED_MORE >29
Ene
Peatones en riesgo, muertes absurdas.
Peatones en riesgo, muertes absurdas. Una nena de 12 años murió, y su abuelo se encuentra en grave estado, tras ser atropellados por un taxista, que quedó imputado por homicidio culposo y lesiones culposas. Este trágico siniestro vial ocurrió en la madrugada del miércoles pasado sobre la avenida Rafael Obligado, frente al área de arribos nacionales del Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires. No es la primera vez que atropellan a una persona en ese lugar, un punto especialmente peligroso. * La Organización Mundial de la Salud confirma que los peatones constituyen la mayor proporción de lesionados o muertos en las carreteras. En Argentina, más de 1600 peatones murieron el año pasado en las calles y rutas. ¿Qué sucede en una colisión con un peatón? Gráfico: OMS En la mayoría de los accidentes donde un vehículo golpea a un peatón, el impacto es frontal. Para un adulto, el primer contacto ocurre generalmente entre la pierna o la rodilla y el parachoques del vehículo, seguido del muslo con el borde del capó, y la pelvis o el tórax con la parte superior del capó. Luego, la cabeza golpea el capó o el parabrisas. Los niños, por ser más pequeños, generalmente reciben el golpe a la altura de la cabeza o el cuello. Casi todas las lesiones graves se producen por el impacto directo del peatón contra el mismo vehículo, no tras su caída en la vía. La gravedad de las lesiones sufridas dependerá de la velocidad de impacto del vehículo, el tipo de vehículo, la forma y dureza de la parte delantera del vehículo y la edad y altura del peatón, así como la posición del peatón en relación al frente del vehículo. Se sabe que: A mayor velocidad, hay mayor probabilidad de que ocurra un choque. Si ocurre un choque, el riesgo de muerte y lesiones serias es mayor a velocidades más altas. Un peatón adulto corre un 10 % de riesgo de morir al ser atropellado por un auto a 30 km/h y tiene más de un 50% de riesgo de muerte si es atropellado a 55 km/h. Solo el 10% de los conductores respeta la prioridad peatonal Todos somos peatones, los más vulnerables en el sistema del tránsito. Sin carrocería protectora, sufren graves lesiones en caso de atropello. Por eso, la legislación de tránsito Argentina, establece que los vehículos deben darle la prioridad a los peatones que cruzan correctamente la calzada por las esquinas o sendas peatonales, y con el semáforo a su favor donde lo hay. Ante esta necesidad de generar conciencia en los conductores sobre la vital importancia de respetar y otorgarle al peatón su prioridad, en especial, en esquinas y sendas peatonales, Luchemos por la Vida lanzó la nueva campaña publicitaria de concientización en radio, televisión y medios audiovisuales “Dale al peatón su prioridad”. Dicha prioridad se respeta absolutamente en los países seguros vialmente, donde controlan el cumplimiento de las prioridades y sancionan a los transgresores. Lo más común en nuestro país es ver lo contrario. Los peatones deben cederles forzosamente el paso a los vehículos, en sendas peatonales o esquinas ya que los automovilistas “olvidan” que la prioridad le pertenece al que camina. Ese comportamiento de riesgo se suma e incentiva a los peatones que se arriesgan cruzando por cualquier parte, lo que explica los altos índices de mortalidad de los peatones en nuestro país. Resulta urgente aumentar la conciencia social y la responsabilidad de todos, a controlar y sancionar a los conductores transgresores, para evitar que continúen estas muertes absurdas. * Fuente: clarín.com
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05
Feb
Ni un solo muerto en el tránsito
Ni un solo muerto en el tránsito es aceptable Muchas veces se discute en nuestro país cuántos son los muertos en el tránsito, mientras que, en Seguridad Vial en el mundo, se establece que ni un solo muerto en el tránsito es aceptable. La Visión Cero es el enfoque de los países más seguros en el tránsito. Esta visión representa un nuevo paradigma y un enfoque filosófico de la seguridad en el tránsito, surgida en los años 90 en los países del norte de Europa e instalada como política de estado para la Seguridad Vial. A diferencia de los modelos anteriores que privilegiaban optimizar la movilidad en el tránsito, éste considera que no es ético aceptar que la gente muera o sea herida gravemente dentro del sistema del tránsito como un precio a pagar para tener movilidad. Siguiendo otros modelos de seguridad, como el de la aviación, la Visión Cero determina que se debe trabajar para lograr que no haya ningún muerto en el tránsito. La seguridad y la vida de las personas deben privilegiarse sobre la movilidad. Esta concepción trae aparejados abordajes nuevos en torno a las responsabilidades de cada actor de la Seguridad Vial y moviliza importantes cambios en la planificación urbana de las vías de circulación, en el diseño automotriz, y en el tratamiento de los usuarios de la vía pública. Sobre esta última cuestión destaca que, si bien el usuario de la vía es responsable de conocer y obedecer códigos y reglas, si el usuario falla en su comportamiento por falta de conocimiento, no aceptación de las reglas o carencia de habilidades, las autoridades responsables deben trabajar para que esto no vuelva a ocurrir. En otras palabras, el Estado, a cargo sistema del tránsito, es el principal responsable de lo que en él suceda. Debe generar, condiciones educativas, de fiscalización y ambientes seguros en el tránsito para prevenir lesiones, aún de los inhábiles o más vulnerables. Una concepción humanística de la Seguridad Vial La Visión Cero, revoluciona la mirada sobre la seguridad vial y la movilidad ya que pone el eje conceptual en la persona humana, en sus límites físicos y psicológicos y promueve un sistema de tránsito sustentable que contemple: La fragilidad del cuerpo humano, ya que este tiene límites, por ejemplo, en sus capacidades perceptivas y motoras y en su tolerancia a los impactos aún a bajas velocidades. Los límites psicológicos de las personas, dentro de los cuales reconoce que estas cometen errores y el sistema del tránsito debe tener siempre en cuenta la falibilidad humana, que, si bien puede reducirse, nunca podrá eliminarse completamente. Por lo tanto, deben adecuarse las vías, los vehículos y las normas de tránsito para evitar accidentes y en caso de que estos sucedan para que los daños sean mínimos. Estas cuestiones son tenidas en cuenta en la planificación urbana de la Visión Cero, promoviendo, por ejemplo: La peatonalización de las áreas urbanas con más circulación peatonal, u obligando a reducir la velocidad de los vehículos pasantes por estas zonas, para disminuir la fuerza del impacto en caso de atropellamiento y así bajar la mortalidad de los peatones. Está comprobado que un atropellamiento de un peatón por un vehículo a menos de 30 km/h reduce las chances de muerte en más de un 80%. En el caso de algunas vías semaforizadas, se promueve su reemplazo por rotondas, que disminuirán los riesgos de impactos frontales-laterales a alta velocidad, reduciendo las chances de mortalidad. Evitar las rutas de un carril por sentido de circulación y reemplazarlas por vías 2+1 que no permiten el desarrollo de velocidades muy altas, regulan el sobrepaso y presentan un escenario cambiante que incita a mantenerse atento. Los vehículos deben brindar mayor seguridad a todos sus ocupantes, y los posibles atropellados, proveyendo protección, por medio del mejoramiento del control y estabilidad en la circulación, cambios ergonómicos y adición de elementos de seguridad pasiva para disminuir los riesgos de mortalidad en caso de choque, así como reducir las posibilidades de comportamientos de riesgo por parte de los conductores, con alertas de uso de cinturones, sistemas alcolock, etc. Por otro lado, la fiscalización del cumplimiento de la ley para desestimular los comportamientos de riesgo por parte de las autoridades de aplicación de la ley, realizando controles sistemáticos y sancionando severamente a los transgresores, sin excepciones, revierte las ventajas para el transgresor de realizar acciones que pueden ser percibidas como beneficiosas, tales como, por ejemplo, circular a más velocidad de la permitida, bajo la influencia del alcohol o manipulando el celular. El Estado, de este modo, sostiene y jerarquiza la existencia de la ley como factor valioso para el bienestar de la comunidad y como marco de una convivencia armónica y segura entre los integrantes de la sociedad. De esta manera, la revolucionaria inclusión de las capacidades y límites biopsicosociales humanos como ejes conceptuales centrales en el diseño y organización del sistema del tránsito contribuye a una movilidad segura y sustentable, tal como lo demuestra el éxito en la reducción de los muertos lograda en los países europeos y de Oceanía que han adoptado este enfoque. Un modelo a seguir por la Vida y la movilidad en el tránsito.
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14
Feb
Directora de tránsito alcoholizada en choque
Directora de tránsito alcoholizada involucrada en choque Pésimo ejemplo social La Directora de Tránsito de la ciudad de Zárate, Soledad McNally, se resistió al test de alcoholemia -que dio positivo- luego de que chocara en la ruta 133. El siniestro se produjo en la madrugada del domingo cuando McNally iba en su auto conducido por su marido, el sindicalista Ángel Derosso. Embistieron de atrás a un vehículo, cuyos ocupantes resultaron heridos, y tuvieron que ser internados. Cuando se les realizó el test de alcoholemia, que, según la policía que intervino, la funcionaria resistió “de manera belicosa y provocadora”, el conductor registró 1.05 gramos por litro de sangre, y ella, que iba de acompañante, 0.60 gramos por litro de sangre. Según la misma fuente, la mujer explicó que "al ser funcionaria municipal no se le debía hacer intervención alguna.* Resulta aberrante que la más alta autoridad responsable de fiscalizar en su ciudad el cumplimiento de las normas de tránsito no las respete, poniendo en riesgo su vida y las de los demás y dando un nefasto ejemplo a la sociedad. Y en este caso, además, exhibiendo una enorme irresponsabilidad y temeridad, incumpliendo su deber como funcionaria pública y ciudadana, ya que, si bien ella no estaba conduciendo, viajaba de acompañante, y permitió que su esposo condujera luego de haber bebido alcohol, resistiéndose a la prueba de alcoholemia. ¿Con qué autoridad moral puede un Intendente, un Director de la Agencia Nacional o Provincial o Municipal de Seguridad Vial, un inspector de tránsito o un policía exigirles a los ciudadanos que cumplan con las normas si ellos las ignoran? No solo ponen en riesgo sus vidas y las de los demás, sino que suman descrédito y alientan el desapego a las normas en el ciudadano común, siempre propenso a desconocerlas si considera que no le convienen. Desde Luchemos por la Vida hemos podido constatar en fotos y/o filmaciones de apariciones públicas, y en las frecuentes denuncias que recibimos en nuestra página en Internet una inquietante cantidad de altos funcionarios, ministros, legisladores y jefes de gobierno, que no usan el cinturón de seguridad, algunos que han sido detectados conduciendo alcoholizados y/o con exceso de velocidad, incluso el caso del intendente Barboza de Arroyo del Medio, Misiones, que llegó a matar conduciendo en completo estado de ebriedad. Si bien todos tenemos la obligación de respetar las normas de tránsito, resulta imprescindible que las autoridades sean ejemplares en esto ya que son ellos quienes gobiernan, en muchos casos legislan y en otros fiscalizan las calles para asegurar el cumplimiento de las leyes y sancionar a los transgresores. Urge además que el Congreso sancione la ley pendiente de los Delitos contra la Seguridad Vial, en especial el de la conducción alcoholizada en alto grado (ver la propuesta de legislación de LxV). * Fuentes y foto: lanacion.com, clarín.com
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