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22
Ago
Cuatro jóvenes muertos al chocar
Cuatro jóvenes muertos al chocar frontalmente a alta velocidad El sábado pasado por la noche, dos jóvenes rugbiers, Bruno (24) y Guido (33), que viajaban hacia el sur de vacaciones, a altísima velocidad, chocaron frontalmente contra una camioneta conducida por Agustina, de 25 años, que viajaba con su novio Antonio (25) en dirección contraria. Los cuatro jóvenes murieron por la fuerza del impacto que destrozó ambos vehículos. El velocímetro del Toyota en el que viajaban los rugbiers quedó clavado en 160 kilómetros por hora. Ocurrió en la ruta nacional 188, cercana a la ciudad bonaerense de Lincoln. Se desconocen las causas por las que el vehículo de los rugbiers se cruzó de carril para impactar contra la camioneta pero, de acuerdo a la información disponible hasta el momento, la velocidad excesiva ha sido determinante para el fatal desenlace. Un choque frontal a alta velocidad no da margen de maniobra ni posibilidades para otro final. Una tragedia más, que cercena la vida de cuatro jóvenes dejando un profundo dolor en todos los que los amaban. El exceso de velocidad es una de las principales causas de muerte en las rutas y calles. Es fundamental respetar los límites de velocidad, aunque no parezcan adecuados, ya que siempre hay razones de seguridad para los mismos. (Ver video) Los siniestros de tránsito son la principal causa de muerte entre los niños y jóvenes menores de 35 años. Al menos 3900 jóvenes han perdido la vida en el tránsito durante 2017. Los jóvenes conductores: •Protagonizan tres veces más accidentes que los conductores mayores, •Son causantes o responsables principales de la mayoría de los hechos que sufren, •Mueren más por esta causa que por cualquier tipo de enfermedad, •Cometen más errores que los mayores, protagonizan más accidentes univehiculares, conducen más frecuentemente a excesiva velocidad y/o alcoholizados. Generemos conciencia en ellos, con educación vial y con el ejemplo, para lograr que modifiquen malos hábitos y que incorporen conductas seguras al volante, para el cuidado de su vida y la de todos los usuarios de la vía. Fuente y foto: Clarin, La Nación
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27
Ago
Taxis: maltratos y falta de seguridad vial
Los taxis: ¿son realmente un servicio público? Maltratos y falta de seguridad que sufren los pasajeros (Nota comentario publicado en La Nación Suplemento al Volante el sábado 25 de agosto de 2018.) Tomar un taxi en nuestra ciudad puede significar un viaje a las cavernas de la seguridad vial, que comienza cuando al llamarlo el chofer planta el vehículo en medio de la calle o sobre la senda peatonal, que sigue con la observación que no hay cabezal de seguridad y que continúa cuando uno quiere abrocharse el cinturón de seguridad y no encuentra dónde abrocharlo. Entonces el chofer dice seguramente que “nadie lo usa”, pero que, si quiere usalo, busque debajo del asiento. Como la última vez que viajé no estaba dispuesto a ensuciarme las manos para tener aquello que es mi derecho y seguro de vida en el vehículo, le pedí que lo extrajera él. Y ante sus reparos y negativa, me bajé del taxi bajo los atronadores reproches del chofer. Estoy convencido de que existen taxistas ejemplares, pero yo no tuve suerte. Me subí a otro, a quien tuve que pedirle, por favor, que bajara la radio, sintonizada en la estación que él -y no yo-, había elegido. La apagó, y empezó a darme una perorata sobre política y otros temas que tuve que soportar con estoicismo. Avatares como estos, sufrimos todos los habitantes cotidianamente: calefacción o aire acondicionado no los prenden porque les reseca la garganta o les produce resfríos; la seguridad vial no es relevante, siempre dejada de lado desde el uso del celular o el VHF de los radio taxis o mirar el GPS mientras cruza un semáforo en rojo a toda velocidad, el zigzag en avenidas o el giro al lado contrario desde el carril opuesto, con el gravísimo riesgo que eso implica. Y no está de más mencionar las numerosas “mafias” que se ocupan de decidir a cuál taxi se puede subir y a cuál no, o cual taxista puede trabajar o cual no, en aeroparque y muchas otras paradas, además de los aprietes a una incipiente competencia de Uber. Lo que no termino de entender es eso que ellos mismos dicen, que el taxi es un servicio público: ¿para quiénes? Dr. Alberto Silveira Presidente
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06
Sep
Peatones tecnológicos: un peligro mortal
Peatones tecnológicos: un peligro mortal que crece en el mundo Esta campaña de humor negro de la Policía de la Policía de Lausanne, Suiza, procura concientizar al respecto. ** 3126 peatones observados, los días hábiles, horario de 10.00 a 18.00 horas, septiembre 2017. Luchemos por la Vida midió el uso de teléfonos celulares por parte de peatones mientras cruzaban las calles. La cifra resulta alarmante, y crece año tras año. La distracción, al volante o a pie, agrega más peligro al tránsito cotidiano. El teléfono celular es un peligro creciente en todo el mundo, en las manos de conductores y peatones de todas las edades. La ciencia ha estudiado las importantes limitaciones que nuestro cerebro tiene para realizar dos tareas que demanden atención al mismo tiempo, y los investigadores han probado hasta qué punto es peligroso conducir mientras se habla o mensajea por celular, aún con el sistema de manos libres. Recientes investigaciones internacionales han concluido que caminar hablando por teléfono celular también es muy riesgoso, ya que las personas observadas despliegan comportamientos tales como cruzar más despacio, sin mirar al tránsito circundante y no esperar a que los vehículos se detengan para comenzar a cruzar, en una proporción muchísimo mayor que los no usuarios de celular. Para los peatones el problema real principal parece ser la distracción, así como les sucede a los conductores. Y en el tránsito caótico de nuestro país, este nuevo hábito compartido por peatones y conductores no hace más que empeorar la seguridad de todos en la vía. En el año 2017, el 35% de las víctimas fatales en el tránsito en la Ciudad de Buenos Aires fueron peatones. Y en todo el país fueron el 22% de los muertos.
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10
Sep
4 personas muertas por jóvenes alcoholizados sin control
4 personas muertas por jóvenes alcoholizados sin control Dos hechos diferentes con puntos en común: el exceso de velocidad y la conducción alcoholizada (¿y otras drogas?) por parte de jóvenes conductores. Urge legislar los delitos contra la seguridad vial Gianfranco Meloni, 21 años, conducía alcoholizado aparentemente a casi 200km/h y embiste y mata a Eduardo Federico Copa (41) y a su papá Osvaldo, (72) que circulaban en un Corsa, que queda destrozado. En el otro el ex futbolista de Boca, Nahuel Zárate (25) embiste desde atrás con una velocidad extraordinaria a un taxi, matando a sus dos ocupantes, Néstor Mormandi (54) y a Norberto Brienza (55), mostrando en el video del hecho un descontrol total del vehículo que sólo es explicable por una alta intoxicación alcohólica y tal vez de otras drogas, lo que explicaría su negativa a someterse al control de alcoholemia. Los siniestros de tránsito son la principal causa de muerte entre jóvenes menores de 35 años. Más de 3000 murieron el año pasado. El 71% de ellos fueron varones. Pero ellos no sólo mueren al volante, también matan y hieren a otros. Los jóvenes conductores: • Protagonizan tres veces más siniestros que los conductores mayores, • Son causantes o responsables principales de la mayoría de los hechos que sufren, • Mueren más por esta causa que por cualquier tipo de enfermedad, • Cometen más errores que los mayores, protagonizan más accidentes univehiculares, conducen más frecuentemente a excesiva velocidad y/o alcoholizados. Conductas tan temerarias y graves como éstas ponen de manifiesto la urgente necesidad de: · Incrementar significativamente los controles de alcoholemia, que son escasos (ver comparación con otros países) y de velocidad, sancionando severamente a los infractores. · Legislar los Delitos contra la Seguridad Vial (ver propuesta de LxV), en particular el de la conducción con exceso notable de velocidad o de alcohol, antes de que otros potenciales homicidas del tránsito, como estos, lleguen a matar. El delito propuesto en dos oportunidades a los legisladores (y que ni siquiera se ocuparon de tratar), consiste en penar con prisión e inhabilitación especial para conducir automotores a quien condujere cualquier tipo de vehículo automotor a una velocidad superior en 40 km/h por encima de la máxima establecida y al que condujere con más del doble de alcoholemia tolerada por ley (más de 1g/l). Estos delitos ya existen en los países exitosos en su lucha contra las muertes en el tránsito, pudiendo mencionarse el caso cercano de España. Estamos hablando de “delitos”, y no de una simple infracción o contravención; antes de que lleguen a matar. Imágenes: TN, Clarín
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