Tragedia en la ruta:
cuatro adolescentes muertas en el vuelco de un auto.
Los jóvenes, vulnerables en el tránsito
Julieta Rosario Gorosito (16), Clarisa Vanina Herrera (16), Camila Bazán (17) y Loana Valdez(15), cuatro adolescentes cordobesas, murieron cuando el auto en el que viajaban junto a dos muchachos volcó en la ruta provincial 23, a unos kilómetros de la ciudad de Suardi, al noroeste de la ciudad de Santa Fe, casi en el límite con Córdoba. Por causas que se investigan, el vehículo conducido por Luciano Andrés Filippa (20), y en el que también viajaba Martín Matías Solís (21), se despistó y dio varios vuelcos quedando totalmente destruido a la vera de la calzada.*
Los siniestros de tránsito son la principal causa de muerte de los jóvenes de entre 15 y 34 años de edad. En Argentina, más de 3.000 perdieron la vida en 2019. Mueren más por esta causa que por cualquier tipo de enfermedad.
Casi todos los días se registran muertes o lesiones graves en el tránsito de jóvenes que circulan en motocicleta, en automóvil, en bici o a pie.
Los jóvenes conductores:
- Protagonizan tres veces más siniestros que los conductores mayores.
- Son causantes o responsables principales de la mayoría de los hechos que sufren.
- Cometen más errores que los mayores.
- Protagonizan más accidentes univehiculares.
- Conducen más frecuentemente a excesiva velocidad y/o alcoholizados.
Tomar conciencia de los límites y la fragilidad es un desafío para quienes, inexpertos e inmaduros, están ansiosos por vivir experiencias nuevas, en compañía de su grupo de amigos, fuente de identidad y de diversión, desplegando sus habilidades y capacidades y superando sus miedos e inseguridades, en el camino hacia la autonomía y la adultez. (Para saber más: “Los jóvenes, vulnerables en el tránsito).
Pero en este proceso, muchos mueren al volante, y también matan, hieren o ponen en riesgo a otros.
Es importante que los adultos comprendan que pueden y deben protegerlos y educarlos para el cuidado de la vida.
¿Qué pueden y deben hacer los adultos?
o La autoridad policial: debe controlar y sancionar severamente, de una vez por todas, la conducción bajo efectos del alcohol, a excesiva velocidad y las corridas de carreras en la vía pública.
o Se debe brindar educación vial a los niños y jóvenes en la escuela para que sean conscientes de los riesgos del sistema del tránsito y de sus responsabilidades como peatones y conductores.
o Los padres: deben ser conscientes de la vulnerabilidad de sus hijos inmaduros y restringirles el uso del auto, especialmente para salir durante la noche y en compañía de amigos. Además, deben dialogar con ellos sobre los riesgos de subir a un auto manejado por desconocidos, o alcoholizados, que les gusta correr, etc.
No asumir estas responsabilidades es ser co-responsables de estas tragedias cotidianas.
Salvemos a los jóvenes de la pandemia de los siniestros de tránsito.
*Fuente y foto La Nación